Los perros obesos viven menos

Los perros obesos viven menos

El sobrepeso y la obesidad son actualmente uno de los problemas más preocupantes para el bienestar de los perros. Está comprobado que las mascotas que no están en su peso ideal ven disminuida su esperanza de vida en casi dos años, y presentan un deterioro de su calidad. El tratamiento y control de esta patología requiere un enfoque multifactorial, en el que la implicación del propietario y su compromiso con el programa de pérdida de peso es un factor esencial.

Un perro gordo no es un perro sano

La obesidad se debe al  desequilibrio entre la cantidad de energía (calorías) que el perro ingiere y la que gasta, con lo que se produce un acumulamiento excesivo de grasa corporal.

El sobrepeso es el primer aviso de la obesidad, si no se controla a tiempo. Se suele considerar que un perro tiene sobrepeso cuando su peso corporal supera en más del 10% su peso corporal ideal y se habla de obesidad canina cuando el peso corporal sobrepasa al ideal en un 15% o 20 % o más, aunque este estándar depende de cada individuo en función de su edad, estado fisiológico, raza o sexo, entre otros factores.

Por ejemplo, la proporción de tejido adiposo y masa muscular varía en función de las razas, de manera que perros como el Labrador (con mayor tendencia a ganar tejido adiposo), son muy propensos a engordar mientras que otros, como el Boxer (con mayor proporción de masa muscular), lo son mucho menos. Existe una mayor predisposición de las hembras frente a los machos a la obesidad. La esterilización también incide ya que puede duplicarse la incidencia de la obesidad en el perro si no se toman las medidas nutricionales preventivas adecuadas después de la esterilización. Para más información, consultar este post 

Por tanto, es importante tener en cuenta las tablas de condición corporal y las peculiaridades de cada raza para valorar el sobrepeso. Volviendo a los ejemplos, un Labrador y un Galgo no poseen la misma estructura, lo que puede parecer un peso normal en un Labrador, sería sobrepeso en un Galgo y la condición corporal normal de un Galgo rozaría la caquexia en un Labrador.

La obesidad en cifras

Una de las mayores dificultades para combatir la obesidad en los perros es la falta de percepción del problema por parte de los propietarios del perro. De hecho se estima que más de un 20% de los perros que visitan al veterinario son obesos “sin diagnosticar”, ya que no acuden a la consulta por este trastorno sino por otros motivos. Muchos dueños creen que “si el perro come mucho es que está sano”.

Según un estudio realizado el pasado otoño en España, de 1.421 mascotas observadas el 57,6 % de los gatos y el 52,6 % de los perros tenían sobrepeso u obesidad. Pero más lo que más inquietó a la comunidad veterinaria es que una abrumadora mayo­ría de los propietarios consideraba que su perro estaba en un peso “normal”.

En Estados Unidos casi el 59% de los perros padecen obesidad según los estudios de la Asociación para la Prevención de la Obesidad de Mascotas (APOP, por sus siglas en inglés ) https://petobesityprevention.org/, y el mayor reto es detener la tendencia al alza de esta patología. El número de perros con sobrepeso en Estados Unidos aumentó el 158% en ese país, tan solo en diez años, lo que sitúa a la obesidad como el principal problema de salud de la población canina allí. Otro dato relevante es el gasto derivadode las patologías asociadas a la obesidad: así, los propietarios de perros con sobrepeso gastan el 17% más en atención veterinaria y el 25% más en medicación que los de animales que están en su peso ideal.

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